Acerca de este artista

José González es un artista único. Aclamado por Rolling Stone como "alguien cuya música sutil y cuidadosamente elaborada ofrece recompensas a los oyentes que saben esperar", la carrera estelar de González solo puede describirse como un sueño. Desde sus giras por prácticamente todos los continentes, pasando por encabezar prestigiosos festivales en todo el mundo, hasta ser invitado a actuar en la ceremonia de entrega de los Premios Nobel de 2020 y ver cómo su música grabada supera los mil millones de streams, González es uno de los artistas en gira más emocionantes y demandados de la actualidad. Ya sea actuando solo con su guitarra, con una orquesta de 20 músicos, con su banda The Brite Lites, o eligiendo entre el formato de dúo y el de trío, sus actuaciones nunca son meros espectáculos, sino eventos. Y González tiene toda la intención de continuar esta tradición mientras prepara su gira en solitario en apoyo de su cuarto álbum de estudio, Local Valley.

Local Valley, el primer álbum del visionario cantautor y guitarrista que contiene canciones en todos los idiomas que habla (inglés, español y sueco), es un grato recordatorio del discreto atractivo y la descarada intimidad del artista de Gotemburgo, Suecia, una cualidad que Billboard elogió como "uno de los sonidos más reconocibles del indie rock". El álbum vuelve a encontrar a González armado con un puñado de guitarras españolas de nylon, aunque esta vez la tecnología se ha colado en el proceso.

"Me permití hacer un bucle de guitarras como pretendo hacer en directo con los pedales", dice González, "y en mi cabeza escuchaba cómo encajaría cada tema con una orquesta (The String Theory) o con mi banda de cinco músicos (The Brite Lites), con la que he estado girando de forma intermitente la última década."

Cuatro álbumes después, Local Valley encuentra a Jose González, en las palabras de su nueva canción "Visions", todavía "imaginando los mundos que podrían ser/Formando un mosaico de destinos/Para todos los seres sensibles". Con Local Valley, Jose González demuestra una vez más que la música no necesita ser ruidosa para ser escuchada.