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Lucinda Williams

Acerca de este artista

"Todo ha cerrado el círculo", dice Lucinda Williams sobre su nuevo y poderoso álbum, Good Souls Better Angels. Tras más de cuarenta años de carrera musical, la pionera artista nacida en Luisiana ha vuelto a los arenosos cimientos del blues que la inspiraron como joven cantautora a finales de los setenta. Y después de pasar el último año en su gira del 20º aniversario de "Car Wheels on a Gravel Road", con todas las entradas agotadas, Williams se ha reunido con Ray Kennedy, coproductor e ingeniero de aquel álbum de 1998 que marcó un antes y un después, para grabar " Good Souls, Better Angels " con su banda de gira en su estudio de Nashville. A ellos se une como coproductor el mánager de Williams, Tom Overby, con el que lleva casada una década y que ha contribuido con las letras a su magistral creación de canciones. "Es lo que siempre había soñado: una relación con alguien con quien pudiera crear", afirma Williams entusiasmada.

El resultado, Good Souls Better Angels, es el álbum más actual de la carrera de Williams. El peligroso mundo en que vivimos, el constante bombardeo de un ciclo informativo aterrador, la depresión, el maltrato doméstico, un hombre sin alma y, sí, el diablo, ocupan un lugar destacado entre sus doce temas. "El diablo aparece bastante en este álbum", dice Williams. "Siempre me han gustado las imágenes de las canciones de Robert Johnson y esos blues oscuros del Delta que tienen algo de bíblico. Me inspiré en Leonard Cohen -él trataba ese tema en sus canciones- y en Bob Dylan y Nick Cave". Aunque Good Souls Better Angels refleja muchas de las oscuras realidades que nos rodean, el álbum está ligado a temas de perseverancia, resistencia y, en última instancia, esperanza.

En cuanto a la actualidad del material, Williams afirma: "Debido a toda esta mierda que está pasando, está en la mente de todo el mundo, es de lo único que se habla: Básicamente, el mundo se está desmoronando, es como el Apocalipsis. De ahí viene lo del Antiguo Testamento. Es diferente de mis otros álbumes en que no hay canciones sobre mi infancia y todo eso. Es emocionante".

Desde el blues arrollador de la canción de apertura "You Can't Rule Me" hasta la ominosa y gótica "Pray the Devil Back to Hell", pasando por el punk-blues de "Bone of Contention" y el fuego y el azufre de "Drop by Drop (Big Rotator)", Williams nunca ha sido más crudo y directo, con un juego de palabras desgarrador que cruza el Buen Libro con el hip-hop y la poesía beat ginsbergiana. El experimento de colaboración entre Williams y Overby ha sido un éxito. "Ocurrió de forma orgánica", dice Williams. "Tom y yo empezamos a trabajar juntos en las canciones y a él se le ocurrieron algunas ideas. Me dio líneas que había escrito y yo partí de ahí. Me encanta
porque amplía las cosas. Man Without a Soul' fue idea suya, y a él se le ocurrió 'Big Black Train', sobre esa gran nube negra de la depresión. Cuando escucho ese tema, me hace llorar".

Grabando en directo en el estudio vintage de Ray Kennedy, Williams y su banda de toda la vida -el guitarrista Stuart Mathis, el bajista David Sutton y el batería Butch Norton- grabaron la mayoría de las canciones en dos o tres tomas, con el sólido pulso de la sección rítmica y los versátiles ataques sonoros de Mathis respaldando la distintiva voz empapada de pasión de Williams. La brutal "Wakin' Up", acentuada por la guitarra motosierra de Mathis, detalla de forma visceral la angustiosa huida de una mujer de la violencia doméstica, mientras que la pensativa "Shadows & Doubts" arroja luz sobre nuestra sociedad de rápidos juicios y medios sociales y sobre cómo todo el mundo puede quererte en un momento dado, pero abandonarte por completo al siguiente. Williams convierte el shuffle honky-tonk de Greg Garing "Down Past the Bottom" en un hard rock de la noche oscura del alma. Una ironía irónica guía el swing de "Bad News Blues" cuando Williams se lamenta de la plétora de "mentirosos y lunáticos/tontos y ladrones/payasos e hipócritas" y la guitarra de Mathis se desliza alrededor de la letra como una serpiente. El contrapunto agridulce de "When the Way Gets Dark", con su encantadora melodía y su evocadora guitarra, nos ofrece esperanza a todos, mientras Williams insta en su voz más tierna: "No te rindas/Toma mi mano/No estás solo".

Williams ha recorrido un largo camino desde su debut en 1979, Ramblin' on My Mind, al que siguió Happy Woman Blues, su primer álbum de originales publicado hace cuarenta años, en 1980. (Dice que sigue siendo "la misma chica", salvo que ahora "tengo más seguidores y puedo permitirme alojarme en mejores hoteles"). A lo largo de catorce extraordinarios álbumes, tres premios Grammy e innumerables galardones, entre ellos el de Compositora del Año 2001 de Time, Williams es una de nuestras artistas más veneradas, adorada por su singular voz y sus extraordinarias canciones. Sus recientes álbumes dobles, Down Where the Spirit Meets the Bone (2014) y Ghosts of Highway 20 (2016), publicados en su propio sello, han recibido algunas de las mejores críticas de su carrera.

Dando voz a toda su experiencia, Williams termina Good Souls, Better Angels con la luminosa "Good Souls", una de las últimas canciones escritas para el álbum. Es una invocación profundamente conmovedora: "Guárdame con todos aquellos/que me ayudan a encontrar fuerzas/cuando me siento desesperanzada/que me guían/y me ayudan a mantenerme fuerte y sin miedo".

Amén.